*Foto de Lola Pisón
Estoy en un momento de enamoramiento total de la pequeña de la casa. Sus primeros meses fueron muy duros. La teta y el sacaleches, una dermatitis atópica brutal, una mudanza de por medio, mis hormonas descontroladas y los celillos de la mayor al ver que mamá ya no era solo para ella hicieron que no pudiera disfrutar de esos primeros momentos como me hubiera gustado.
Eso generó en mí un sentimiento de culpa que me ha costado quitarme de encima. Y, quizás por eso, el sentimiento de amor incondicional y absoluto que siento cada vez que le veo su sonrisilla desdentada o cada vez que le oigo reírse a carcajadas o, incluso, cada vez que en medio de la noche tengo que acudir a su llamada, es algo difícil de explicar.
Aunque lo voy a intentar.
Y es por esto que TE QUIERO, mi pequeña
porque haces que mi corazón se ensanche cada vez que te veo sonreír
porque dibujas una sonrisa en mi cara cada vez que te veo abrazar a tu hermana
porque me asombra ver cómo vas entendiendo todo lo que ocurre a tu alrededor
porque me parece increíble cómo consigues expresarte sin hablar
porque me derrito cada vez que te pregunto cuánto me quieres y me regalas un abrazo enorme
porque cuando tratas de imitarnos eres sencillamente adorable
porque tienes muy claro lo que quieres y lo haces saber
porque las babas que dejas con tus besos son directamente proporcionales al amor que pones en cada uno de ellos
porque aplaudes a la mínima que ves la oportunidad
porque cuando ves a alguien llorar, acudes a consolarle
porque tu carita se ilumina cuando me ves aparecer
porque cuando te das un golpe y no tienes claro si te ha dolido, me miras para que yo te lo diga
porque aunque te caigas varias veces, siempre te vuelves a levantar
porque podría estarme horas acariciando las yemitas de tus dedos
porque tus carcajadas son, a día de hoy, mi música favorita
Y es por TODO esto que TE AMO, mi pequeña.
Espero que me permitáis el haberme puesto un pelín ñoña. Hay días en la vida que te levantas así y no puedes hacer nada para remediarlo…
No os preocupéis que la semana que viene volveré a ser yo