Durante los meses de espera tuve un sentimiento parecido a cuando tienes un retraso en una época de tu vida en la que lo último que quieres es quedarte embarazada y todo a tu alrededor parecen señales de que efectivamente lo estás. Esa sensación de tener que ir al baño cada media hora para ver si por fin tus braguitas se han teñido de rojo. Pues era exactamente lo mismo pero al revés.
Creo que lo peor de esos meses de espera era el no saber si todo estaba bien, si “seríamos capaces”. Seguramente, si hubiéramos sido conscientes de que iba a ser solo cuestión de tiempo, la ansiedad y la incertidumbre habrían desaparecido. Sin embargo, al no saberlo tenía la sensación de estar tirando el tiempo a la basura.
Por otra parte, la presión exterior era horrible. El ver trescientas embarazadas cada vez que salía a la calle se convirtió en una tortura diaria. Hubo un día en el que incluso estuve segura al 100% de que el mayor número de embarazos de la historia de mi ciudad se estaba dando justo en ese momento.
Y como todo el mundo sabía que lo estábamos intentando, cada día recibíamos la pregunta del millón a la que debíamos responder una y otra vez eso de «en ello estamos”.
Por otra parte, que amigas y conocidas se estuvieran quedando embarazadas todas a la vez tampoco ayudaba mucho. Era un sentimiento un tanto bipolar porque en realidad me alegraba muchísimo por ellas pero a la vez sentía un pellizquito de dolor y envidia que me removía todo por dentro cada vez que una de ellas daba la noticia.
Aunque, sin ningún tipo de duda, la guinda del pastel se la llevó una vecina que me contó con todo lujo de detalles que ella se había quedado a la primera pero porque ellos habían hecho las cosas bien. AAAAAAGGGGGGGG. Ahí me entraron ganas de matar. Y mira que soy cero violenta, lo prometo, pero en esa ocasión en concreto me entraron ganas de matar. Qué le vamos a hacer.
¿Qué me contáis vosotras? ¿En qué momento surgió vuestro instinto asesino? ¿Quién fue la culpable? ¿Cuál fue la frase?
[…] que tu vida ya nunca volverá a ser igual. Si ese embarazo es muy deseado y ha tardado en llegar, como fue nuestro caso la primera vez, el subidón de adrenalina es todavía mucho mayor, si […]
Qué fuerte la vecina!! Yo no sé si me hubiera podido resistir a matarla… Besos guapa!
Es que hay gente pa todo. Y los del tipo «yo me sé todo lo que pasa en el mundo» son una especie con la que no me gusta tratar.
Besicos!
Para mi el mayor pellizquito de envidia me lo dio una amiga cuando en la boda de otra amiga despues de pasarnos toooooodo el banquete hablando de nuestra infertilidad, que si piernas pa’rriba que si piernas pa’bajo, va y en los postres los novios le dan un par de patucos monisimosssss y nos suelta eso de «si si estoy barazada» con los ojos azules mas brillantes y amorosos q he visto en mi vida. La hubiese matado pero desde el cariño!!! Ejejeje
Hay que ver cómo son esas situaciones, ¿eh? Porque estoy segura de que ella también se tuvo que sentir fatal por ti
Otra vez 100% identificada!!!
-compañera del curro (con una nena de 9 meses): tranquila yo desprendo fertilidad. De aqui a marzo te quedas.
-yo: ¿perdona? Y yo que desprendo?? Si en cinco meses he visto como nacen 7 bebes!!!!! Y tres en camino!! Que si mi tia, mi hermana, dos vecinas y amigas….
Que pasa que todo el mundo se puso a la vez que yo y yo soy la unica que sigo en ello??
El momento de matar uffff muchos!!! Y mientras van pasando los meses y me van dando las noticias mas!!! Me esta cambiando hasta el caracter.
Un beso y enhorabuena por todo lo que escribes y los consejos de que das!
Hola Ana!
Y yo que de nuevo me alegro infinito de servirte como apoyo y desahogo. De verdad, me hace muchísima ilusión saber que lo que escribo ayuda a chicas como tú a no sentirse solas en esto y a darse cuenta de que muchas hemos pasado por lo mismo.
Muchísimas gracias por tu apoyo y tus comentarios.
Un saludo,
ESTHER