Como os comenté en La lactancia y su vínculo para mí el tema del pecho durante los primeros días fue horrible. La peque no se llegaba a enganchar bien y las pocas veces que lo conseguía me hacía ver las estrellas. Además, como no se tomaba ni de lejos toda la leche que producía, tenía que, primero darle pecho y después utilizar el sacaleches. Así que para cuando acababa una toma, ya tenía que empezar con la siguiente.
Con este panorama, después de una semana decidí dejar de ofrecerle pecho y otorgar al sacaleches el título de “mi nuevo mejor amigo”. Desde entonces hasta el quinto mes Aitana se alimentó a base de biberones de leche materna. Seguir leyendo…